Hace ya más de un año que se realizaron las cortas en el abetal de Laspuña (Huesca), a pesar de la gran contestación social -más de 5.000 firmas recogidas y de no realizarse la obligatoria evaluación de impacto ambiental que según la Directiva de Hábitats le corresponde a un sitio protegido por la Red Natura 2000 (ver Quercus 368, págs. 60 y 61).
Con la excusa de una plaga de muérdago (Viscum album) y en base a un informe “minimalista” de menos de un folio de un técnico forestal del Gobierno de Aragón, se comenzó en julio de 2016 la tala de miles de abetos (Abies alba) de un bosque relicto del Pirineo aragonés (Sierra Ferrera), en el límite meridional de distribución del abetal.
Autor: Juan Antonio Gil (jagil@quebrantahuesos.org ) es especialista en conservación y seguimiento de fauna amenazada de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ).
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