Haber cumplido un cuarto de siglo dibuja sin duda un horizonte muy serio, ilustra una trayectoria consolidada. Y es que fue en 1989 cuando en torno a una decena de personas decidieron que el interés y la preocupación por los mamíferos debería cuajar en España en una plataforma que supusiera, por un lado, un encuentro en el conocimiento de este grupo de vertebrados, y por otro, un resorte en la reivindicación hacia su conservación y, en su caso, apropiada gestión.
La Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM) comenzó a gestarse en Sevilla, allá por septiembre de aquel año, durante la celebración de la IX Bienal de la Real Sociedad Española de Historia Natural. En las charlas que mantuvimos aquellas tardes de finales de verano tomó cuerpo la propuesta de crear una asociación con el objetivo de estudiar y conservar a los mamíferos de España. Un grupo de amigos –algunos de los cuales todavía seguimos en puestos directivos de nuestra asociación– decidimos tomar las riendas de aquella propuesta y sondear a los posible interesados. Tras unos meses de conversaciones y varios cientos de correos postales (todavía no disfrutábamos de la inmediatez del correo electrónico), un grupo de diez compañeros nos reunimos en Málaga y constituimos formalmente la SECEM.
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