Por Jesús Duarte, Juan Ramírez y Antonio Román Muñoz
El pasado agrícola de la Costa del Sol malagueña marca parte de su presente, a pesar de la fuerte transformación sufrida en las últimas décadas. Durante la mitad del siglo XIX se puso en funcionamiento una colonia agrícola en San Pedro Alcántara en la que se ensayaron innovadores sistemas de regadío para la época. Entre 1.884 y 1.903 se construyeron tres pequeñas presas que, unidas por una extensa red de acequias, tenían como objetivo el riego de 3.400 hectáreas ubicadas en las vegas de los ríos Guadalmansa, Guadalmina y Guadaiza, entre Marbella y Estepona, para cultivar caña de azúcar y remolacha.
Los tres pequeños embalses se mantienen en activo en la actualidad, aunque hoy día se utilizan para el mantenimiento de los numerosos campos de golf y urbanizaciones de lujo existentes en la zona. A pesar de ello, acogen una importante biodiversidad que los posiciona como humedales de interés para la conservación de especies de gran interés, como por ejemplo el porrón pardo, catalogado en peligro crítico de extinción.
De los tres, el embalse del Taraje o de Cancelada es el más relevante. Con una superficie embalsada de casi 9,7 ha y un volumen de 318.000 m3, esta antigua presa se ubica entre los términos municipales de Estepona, en la barriada de Cancelada, y de Benahavís. El embalse limita con un campo de golf y su gestión hídrica depende directamente de las necesidades de este. Se trata de una masa de agua dulce con una orla de vegetación lacustre de interés que acoge una importante comunidad de aves durante todo el año. Las observaciones realizadas durante los últimos diez años han permitido censar hasta 120 especies diferentes de aves e identificarlo como un lugar importante durante los periodos de migración, al estar muy cerca del Estrecho, aunque también es relevante durante los periodos de reproducción e invernada. No hay que olvidar que en la provincia de Málaga no hay humedales de agua dulce, ya sean naturales o artificiales, como también está poco representada la vegetación acuática y perilagunar de este embalse.
Con respecto a las aves, destaca una importante presencia del avetorillo en época reproductora, especie que también aparece como invernante junto a la garcilla cangrejera, un buen número de porrones pardos y fochas morunas, especies amenazadas y bastante ocasionales en los humedales andaluces. La garceta grande, el morito, la espátula, el aguilucho lagunero o el carricerín real son otras de las especies que hemos detectado. A ellas hay que añadir la presencia habitual de la nutria.
Hay que destacar que hasta el año 2010 este embalse, junto con otro de la colonia agrícola, era lugar de invernada habitual del águila pescadora. La especie pasaba su estancia invernal entre estos embalses y una antigua torre de carga de mineral ubicada en las playas de Marbella. Lamentablemente esta rapaz ha dejado de utilizar la zona, probablemente por las continuas molestias que la actividad turística y de ocio le ocasionaba.
Importantes agresiones ambientales
Este humedal aún no está catalogado, ni incluido en el Inventario de Humedales de Andalucía. A pesar de la constante presencia de especies amenazadas, actualmente carece de la más mínima protección ambiental básica que merece sólo por las especies que acoge.
Lo que sí que sufre periódicamente son importantes agresiones ambientales. Las aguas de riego del campo de golf colindante acaban en el embalse, arrastrando los residuos de abonos y productos fitosanitarios que se usan para su mantenimiento. Periódicamente, y en época reproductora, se desbroza el perímetro de la orla de vegetación palustre para despejar el perímetro de la laguna. Estos desbroces dieron al traste el año pasado con cinco nidos de avetorillo y un número no determinado de carriceros comunes y tordales, entre otras especies. Además, hay captaciones de agua en pozos de dudosa legalidad en el perímetro del embalse.
Las aguas del embalse son gestionadas por una comunidad de regantes que, ante la falta de mantenimiento de este y supervisión por parte de la Administración, la antigüedad de la presa y la colmatación progresiva de su vaso, suele desaguar por completo el embalse periódicamente cuando está muy lleno y se avecinan lluvias. Esto sucede tanto en primavera -con especies en plena reproducción- como en otoño, cuando el humedal funciona como lugar de descanso y alimentación para las especies migradoras y la comunidad de invernantes está llegando.
A pesar de todo, este embalse rebosa de vida y es bien conocido entre los ornitólogos malagueños como un punto importante para la observación de especies acuáticas. Cancelada merece un reconocimiento, su inclusión en el Inventario de Humedales de Andalucía y, sobre todo, una regulación de su uso en la que los criterios ecológicos y ambientales tengan más peso que aquellos de los particulares colindantes.
Autores: Jesús Duarte es doctor en biología y asesor ambiental freelance. Juan Ramírez Román es ornitólogo profesional con amplia experiencia en el anillamiento y seguimientos de aves. Antonio Román Muñoz es profesor de biología animal en la Universidad de Málaga.