Las mariposas están en retroceso en la Sierra de Guadarrama, sobre todo por lo que se refiere a las especies de origen eurosiberiano, debido a factores como el cambio climático, la pérdida de hábitats y la presión humana. La buena noticia es que se está trabajando en favor de estos lepidópteros imprescindibles, así como de las plantas de las que dependen.
Por Asociación Reforesta
Las mariposas desempeñan un papel esencial en nuestros ecosistemas. Son polinizadoras incansables y un termómetro natural de la salud ambiental. Sin embargo, están desapareciendo a un ritmo alarmante. El cambio climático, la destrucción de sus hábitats y el uso de pesticidas las han puesto en peligro.
En las montañas de La Pedriza y Alto Manzanares, en la Sierra de Guadarrama (Madrid), la distribución de las mariposas ha sido alterada por la deforestación generalizada, la matorralización de los pastizales, el aumento de las temperaturas y la urbanización excesiva de los piedemontes.
Sus poblaciones se han contraído y algunas especies citadas hasta finales del siglo XX incluso parecen haber desaparecido, como la hermosa y espectacular antíope (Nymphalis antiopa).
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