Aunque el cernícalo primilla (Falco naumanni) puede utilizar casi cualquier tipo de oquedad para criar, su lugar preferido de nidificación es bajo tejas. Las que forman los tejados donde habita son curvas, de tipo árabe o morisco, hechas a base de arcilla cocida. Se colocan en hileras imbricadas, que son alternas en cuanto a las posiciones cóncava y convexa. Las colocadas con la concavidad hacia arriba forman las regueras de desagüe de lluvia; las que presentan la concavidad hacia abajo permiten largas cavidades tubulares siguiendo la pendiente del tejado, cuyos pasillos de aire suavizan la temperatura en el interior de las casas frente a la fuerte insolación estival.
Es precisamente dentro de estos pasillos de teja donde los cernícalos primilla prefieren depositar sus huevos, lo mismo que hacen mochuelos (Athene noctua), estorninos (Sturnus unicolor) y gorriones (Passer domesticus). En los tejados, el acceso de los adultos a los nidos es mucho más fácil que en otras oquedades: no requiere excesivas maniobras de vuelo para entrar en ellos, lo que supone una ventaja, especialmente en los días de fuerte viento.