Las obras se han llevado a cabo gracias a la colaboración entre SEO/BirdLife, el propio parque nacional, la Junta de Castilla y León e Iberdrola.
Además, en el tramo aéreo del tendido se han cambiado las crucetas en paralelo por un sistema de bóveda y se han instalado salvapájaros. También se ha desmantelado el antiguo centro de transformación del alto de Panderruedas.
Debido al alto riesgo de colisión y electrocución, durante las últimas décadas esta zona ha sido un punto negro para las aves, en especial el urogallo cantábrico, catalogado como “En peligro crítico”.