Transformación completa de los ecosistemas marinos
Mares de hoy, mares
de antaño
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Los cambios provocados por el hombre en todo el planeta también afectan a los
ecosistemas marinos. Sin embargo, al ser menos patentes no logramos percibirlos hasta que son prácticamente irreversibles. La desaparición de grandes consumidores –como ballenas, atunes, tortugas, focas
y peces espada–, así como la drástica
reducción de gran parte de las
estructuras vivas del fondo del mar
–como arrecifes coralinos y praderas
de fanerógamas–, ha hecho que
ecosistemas enteros busquen un
nuevo equilibrio, basado en la
abundancia de invertebrados
de pequeño tamaño
y vida acelerada.
El ser humano ha alterado todos los hábitats de la biosfera. Por ello, en más de una ocasión se ha insistido en la necesidad urgente de crear una ecología que contribuya a gestionar los ecosistemas de forma sostenible y eficaz. Necesitamos saber más sobre los procesos que simplifican o añaden complejidad a los sistemas, lo que implica indagar en aspectos tales como tamaños de población, flujos genéticos, relaciones positivas o negativas de simbiosis y enfermedades. El ambiente marino es, sin duda, el peor conocido, al ser también el más inaccesible.
Hay ecólogos, tanto marinos como terrestres, que no han visto nunca las comunidades que estudian. En este sentido, la observación pura y dura, la historia natural, parece ser una de las disciplinas más desprestigiadas. Pero sin una formación adecuada en historia natural nos arriesgamos a producir ecólogos estrechos de miras. Como decía Margalef, los naturalistas están más cerca de los poetas que de los ingenieros (1) y su intuición se basa en el sentido común y en experiencias de primera mano. Las transformaciones de los ecosistemas marinos requieren una reflexión que no sólo sea fruto de la experimentación puntual, sino también de la observación y de una mirada hacia atrás, hacia lo que en su momento fue un equilibrio hoy perdido en todos los ecosistemas marinos del mundo.