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AMBAS DEBÍAN PROCEDER DE ISLAS DEL PACÍFICO SUR

La paloma de Liverpool y el calamón blanco: dos misteriosas aves extinguidas

Litografía de un calamón blanco, de John G. Keulemans, para el libro Extinct birds de Lord Rothschild (1907).
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Litografía de un calamón blanco, de John G. Keulemans, para el libro Extinct birds de Lord Rothschild (1907).
martes 28 de julio de 2015, 18:22h

Los únicos vestigios que nos quedan de la paloma de Liverpool y del calamón blanco son unos pocos ejemplares disecados y bastantes representaciones en forma de láminas y grabados. De la paloma se conserva un único ejemplar en el World Museum de Liverpool, sometido en tiempos recientes a análisis genéticos. En cuanto al calamón blanco, el mismo World Museum cuanta con uno de los dos ejemplares existentes, mientras que el otro está en el Museo de Historia Natural de Viena.

Por Arturo Valledor y David González

Edward Stanley (1775-1851), decimotercer conde de Derby, fue un aristócrata británico cuya pasión por la Historia Natural le permitió presidir dos relevantes instituciones: la Linnean Society y la Zoological Society. Además, su gran fortuna le permitió reunir en su propiedad de Knowsley Park, próxima a Liverpool, un buen zoológico y una importante colección de animales disecados. Para que la colección de fauna disecada no se fragmentara, Lord Derby dispuso que pasara al pueblo de Liverpool tras su muerte. Su hijo cumplió esa voluntad y decidió deshacerse de los animales vivos por los gastos que implicaban. Del millar y medio de ejemplares que había en Knowsley Park, muchos fueron adquiridos por los zoológicos de Ámsterdam, París y Londres.

Los animales disecados pasaron a manos de un comité previamente constituido para que Liverpool tuviera una galería de arte y una biblioteca. Temporalmente fue ubicada en dos salas que se abrieron al público en 1853, ya que el actual World Museum, un masivo edificio victoriano que imita el estilo neoclásico, no fue inaugurado hasta 1860. Además, quedó casi destruido por una bomba en la Segunda Guerra Mundial, lo que forzó a reconstruirlo. Aparte del espectacular esqueleto del pterosaurio Quetzalcoatlus que se exhibe en la entrada y de la gran selección de objetos expuestos, sus colecciones atesoran un buen número de rarezas, entre ellas las pieles de dos aves únicas y misteriosas, ambas procedentes de la colección de Lord Derby.

Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.

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