Muchos ecosistemas costeros y estuarinos de todo el mundo se han visto afectados por multitud de actividades antrópicas, como el dragado de los accesos a puertos marítimos y fluviales (1). Estas operaciones producen millones de metros cúbicos de sedimentos que son vertidos directamente al mar, utilizados para la regeneración de costas y la creación de islas artificiales o vertidos y confinados en recintos diseñados para tal fin conocidos como “vaciaderos terrestres”.
En nuestro país, la Autoridad Portuaria de Sevilla realiza anual o bianualmente dragados de mantenimiento en el estuario del Guadalquivir - dentro del programa de optimización de la navegación- con el objetivo de mantener las cotas de las rasantes actuales. Estas campañas tienen lugar entre agosto y febrero e incluyen tanto el dragado per se de determinados tramos del río como el posterior vertido del material dragado en vaciaderos marinos y terrestres.
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