Por Antonio J. Plaza
Gracias a los individuos capturados, ha podido establecerse un periodo medio de muda que en los petirrojos forestales empieza en torno al 5 o el 6 de junio y termina durante la última semana de agosto, aunque llega a prologarse incluso durante la primera de septiembre. Sin embargo, los petirrojos urbanos mudan desde el 13 de junio hasta el 24 o el 25 de agosto. La diferencia podría deberse a la mayor diversidad de los puntos de muestreo elegidos en el medio forestal.
Pero, aun así, los resultados muestran una clara diferencia entre ambos medios. Los petirrojos capturados mientras estaban mudando representan el 53’78% en el medio forestal, frente al 18’37% en el medio urbano. Los datos sugieren que los petirrojos urbanos mudan el plumaje en un periodo diferente al de los petirrojos forestales, posiblemente debido a las temperaturas suaves que imperan a lo largo del año gracias a la cercanía de la costa malagueña.
En invierno el alimento no es un factor limitante y en verano el agua está garantizada por los sistemas de riego de las zonas ajardinadas. En el medio urbano, todo esto proporciona unas condiciones más favorables para reproducirse durante más tiempo en la primavera, ventajas que no pueden disfrutar los petirrojos del medio forestal, y de ahí que su periodo de muda se retrase.
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