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La Laguna del Aguadero es la de mayor extensión y que más volumen de agua contiene de todo el humedal. Al fondo, Padul, municipio donde se localiza este espacio natural.
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La Laguna del Aguadero es la de mayor extensión y que más volumen de agua contiene de todo el humedal. Al fondo, Padul, municipio donde se localiza este espacio natural.

Humedal de Padul: protegido, pero no lo suficientemente valorado

jueves 02 de febrero de 2023, 19:15h
El 2 de febrero de cada año es la fecha elegida para celebrar el Día Mundial de los Humedales. En esta ocasión, el lema "Es hora de restaurar los humedales" es un claro llamamiento a la urgencia de llevar a cabo acciones de restauración de estos valiosos ecosistemas, que están desapareciendo a un ritmo preocupante. Aprovechando esta cita anual, el autor hace un repaso a estos preciados enclaves y, concretamente, al humedal y turberas de Padul (Granada).

Texto y fotos: Juan Salvador Santiago

Los humedales nos prestan importantes servicios ecosistémicos y conocerlos es fundamental para conservarlos. Algunas de sus funciones más importantes son el control de inundaciones, la recarga de aguas subterráneas, la estabilización de costas o la retención y exportación de sedimentos y nutrientes, entre otras. Además, actúan de depuradora natural, son una importante reserva de biodiversidad, especialmente para la avifauna, ya que son lugares de parada en las rutas migratorias. También crean un microclima que suaviza la temperatura (hasta cuatro grados centígrados por debajo de la media), siendo zonas esenciales para combatir el cambio climático y la subida de temperaturas.

El espacio conocido como humedal y turberas de Padul se extiende por una superficie de más de trescientas hectáreas y es una reserva de máxima protección dentro del Parque Natural de Sierra Nevada. Además, está incluido en la Lista de Humedales de Importancia Internacional (Convenio RAMSAR) y pertenece al Inventario de Humedales de Andalucía. Por si fuera poco, es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). A pesar de todas estas figuras de protección, la población en general no percibe su importancia. Por ello, es indispensable una puesta en valor de estos espacios y la concienciación de la sociedad. En este caso concreto, de todos los vecinos del término municipal de Padul y de la comarca del Valle de Lecrín, en la provincia de Granada.

Lagunas, carrizo y turberas
Este humedal ocupa una situación privilegiada, a los pies de la cordillera de Sierra Nevada. Una cuenca endorreica formada durante los procesos geológicos que se dieron durante el Terciario, al elevarse las cordilleras béticas, son la causa de la aparición de esta depresión, totalmente cerrada, permitiendo almacenar agua y dando origen al humedal, uno de los pocos asociados a una fosa tectónica en España.

Imagen del carrizo acompañado por la cordillera de Sierra Nevada, con su imponente pico del Caballo. La depresión que ocupa el humedal de Padul se encuentra justo a los pies de este macizo.

En el pasado había más de quinientas hectáreas inundadas, pero el humedal fue desecado durante los siglos XVIII y XIX para ganar terreno en favor de tierras cultivo. Para ello se usaron una serie de canales, conocidos en la zona como "madres". Actualmente éstas representan otro sistema acuático de gran importancia por las muchas formas de vida que albergan, sobre todo aves acuáticas y pequeños paseriformes, además de la vegetación asociada. En la actualidad sólo hay unas ochenta hectáreas cubiertas por agua, mayormente concentradas en la laguna del Aguadero.

En el humedal de Padul se diferencian dos zonas: el carrizo y el sistema acuático. El primero cumple importantes funciones ecológicas ya que en él anidan o descansan y se alimentan una gran variedad de especies de aves así como de otros animales, forma ecosistemas naturales propios y actúa de depuradora natural. En la parte acuática tenemos dos sistemas de lagunas: al norte, la Laguna del Aguadero (la de mayor tamaño); al sur, El Agia (conjunto de tres lagunas naturalizadas de régimen hídrico variable, según las precipitaciones). En años de lluvia abundante, la extensión de la superficie acuática del humedal puede incrementarse considerablemente. Este componente acuático actúa como almacén de agua, sostiene una gran diversidad de vida silvestre y por procesos de filtración, recarga los acuíferos. Otra zona importante es la turbera, la de mayor tamaño de todo el sur de Europa desarrollada sobre carrizo.

Una biodiversidad exhuberante
El aspecto más importante del humedal es su biodiversidad, tanto a nivel de fauna como de vegetación. En él anidan numerosas especies de aves y otras lo usan como lugar de reposo y descanso durante los pasos migratorios; también para alimentarse, como zona de invernada o como dormidero. Se estiman unas 173 especies aproximadamente sólo de aves, de las cuales 31 son sedentarias. El estudio de estas especies y su seguimiento gracias al anillamiento científico, realizados durante años, han dado una información muy valiosa de este grupo de animales: fenología, rutas migratorias, comportamiento, abundancia y diversidad. Algunas de las aves más destacables son la garza real (Ardea cinerea), el aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus), el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), el ánade real (Anas platyrhynchos), la gallineta común (Gallinula chloropus), la focha común (Fulica atra) y la agachadiza común (Gallinago gallinago). También destacan paseriformes como el pinzón vulgar (Fringilla coelebs), el carricero común (Acrocephalus scirpaceus) o el cetia ruiseñor (Cettia cetti), entre otros muchos.

La focha común es una de las aves acuáticas más habituales del humedal de Padul.

Pero no todo son aves. Encontramos muchos grupos interesantes de animales como los insectos que, además de prestar servicios como la polinización, el control de plagas o la descomposición de la materia orgánica, contribuyendo a la fertilización del suelo, son alimento de gran variedad de animales. Algunos de los grupos más vistosos e interesantes son los odonatos (libélulas y los caballitos del diablo), los lepidópteros (mariposas y polillas) y los coleópteros (escarabajos). Más grupos destacables que habitan el humedal y no pueden faltar aquí son los anfibios y reptiles. Entre los primeros, citar la rana común (Pelophylax perezi) y el gallipato (Pleurodeles waltl); de los segundos, destacan el galápago leproso (Mauremys leprosa) y la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). Si hablamos de mamíferos, encontramos la rata de agua (Arvicola sapidus) y, en el pasado, incluso la nutria paleártica (Lutra lutra) estuvo presente. De la vegetación, además de lo ya mencionado sobre el carrizo, es muy importante toda la que acompaña al humedal y las "madres", pues se trata de bosque de ribera que actúa como corredor biológico, conectando espacios naturales, hábitats y ecosistemas entre sí, posibilitando pasos de fauna naturales, manteniendo el flujo genético de las distintas poblaciones, evitando así la consanguineidad, y sustentando a toda la rica biodiversidad.

Como curiosidad, señalar que en tiempos prehistóricos, en este enclave habitaron grandes mamíferos como el mamut lanudo (Mammuthus primigenius), cuyos restos se hallaron en la turbera del Aguadero. Este yacimiento es el más meridional encontrado en Europa para un animal que habitaba en las tundras y estepas frías, lo que indica que entonces las condiciones climáticas de la zona eran muy distintas a las actuales. Estudios de los restos con carbono radiactivo indican una edad de entre 35.800 y 25.700 años.

Varios peligros acechan al humedal
Por desgracia, no faltan problemas en este importante humedal. Algunas de las especies mencionadas se encuentran amenazadas y sus poblaciones en regresión. Las principales amenazas son la contaminación por el vertido de aguas residuales y el uso de pesticidas provenientes de las actividades agrícolas, que provocan episodios de eutrofización que afecta a la flora y fauna y favorece la presencia de especies exóticas invasoras como la carpa común (Cyprinus carpio), un pez que al remover el fango de la laguna genera turbidez en el agua, impidiendo que la luz solar penetre en ella. Otra especie invasora destacable es el cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), responsable de la desaparición del cangrejo de río (Austropotamobius pallipes), especie autóctona. Por su parte, el galápago de Florida (Trachemys scripta) está desplazando al galápago autóctono, el leproso (Mauremys leprosa).

La pérdida de hábitat como consecuencia de la agricultura, la extracción de turba y las construcciones ilegales en la zona, suponen otra amenaza para este enclave. Y, por último, el problema del cambio climático que provoca sequías más duraderas e intensas en la zona del Mediterráneo. Si a esto se le añade la extracción ilegal de agua desde fuentes, acequias y charcas, así como de pozos ilegales, tenemos el escenario perfecto para el fin de estos valiosos ecosistemas como ya está ocurriendo con la Marisma del Parque Nacional de Doñana

Es posible mitigar estos problemas
Los problemas de los vertidos y la eutrofización podrían solucionarse con la mejora de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) del municipio de Padul y la instalación de un tratamiento terciario adicional. Así, sería el agua ya libre de contaminantes la que llegase a las lagunas y "madres", disminuyendo en gran medida la problemática. Para esto hace falta un gran esfuerzo por parte del ayuntamiento para conseguir que la Junta de Andalucía se implique más en la protección de este espacio. En el caso de los vertidos de la agricultura podría ser bueno poner en práctica programas de educación ambiental y concienciación, además de seminarios, charlas y coloquios para incentivar el uso de una agricultura más integrada, ecológica y sostenible.

Otra panorámica del humedal de Padul.

El problema de las especies invasoras es más complicado de resolver y necesita la colaboración por parte de la administración local, el Parque Natural de Sierra Nevada y la Junta de Andalucía. Una posible solución sería la reintroducción de la nutria, que ya habitó en el pasado el humedal, para controlar la población de ciprínidos y de cangrejo rojo americano.

El caso de los pozos y extracciones ilegales de agua pasa por la colaboración una vez más de todas las administraciones. Lo mismo ocurre con las construcciones ilegales, la extracción de turba y la pérdida de hábitat debida a la agricultura. Programas de educación ambiental y concienciación entre los colectivos implicados mejorarían la situación, sobre todo si se aportan soluciones alternativas y más eficientes en el consumo y ahorro de agua. En cuanto a los efectos del cambio climático, lo mejor es intentar ser consumidores responsables.

Un humedal con muchas posibilidades
Un humedal bien conservado y cuidado asegurará un flujo constante de visitantes, lo cual tendrá una repercusión positiva en la economía local. El turismo rural y el ecoturismo están incrementándose rápidamente y pueden ser la oportunidad perfecta para crear trabajo y generar estabilidad social en las zonas rurales cercanas a estos u otros espacios protegidos, a la vez que se conservan, como es el caso de Padul y el Valle de Lecrín.

En cuanto al humedal de Padul, este espacio natural ofrece instalaciones que se pueden visitar durante todo el año, además de interesantes actividades de educación ambiental y puesta en valor de la zona. La instalación más importante es el Aula de la Naturaleza del Aguadero, perfecta para actividades escolares y seminarios divulgativos, punto de encuentro de rutas de senderismo y lugar de venta de productos locales y ecológicos. Y qué decir de la famosa Ruta del Mamut. Este sendero, que sale de la citada aula de naturaleza, se adentra en el humedal y cuenta con observatorios para disfrutar de la naturaleza en su plenitud. Por último, tres réplicas de tamaño real de un mamut lanudo, un tigre dientes de sable y un rinoceronte lanudo harán las delicias de los visitantes que, además, disponen de un área recreativa donde los niños pueden jugar y tomar un tentempié en las mesas instaladas para ese fin. Pero no hay que olvidar que es vital respetar estas áreas. No dejar basuras y evitar hacer ruidos que molesten a la fauna son comportamientos imprescindibles en estos espacios.

En conclusión, no son pocos los retos a los que nos enfrentamos en el futuro en cuanto a cuidado del medio ambiente y, sobre todo, de parajes tan biodiversos y valiosos. Preservarlos y mejorarlos es un deber moral como humanos, pues sin agua no hay vida. Sin ellos, no hay un nosotros y, por ello, defenderlos y disfrutarlos desde el respeto es fundamental.

AUTOR
Juan Salvador Santiago (juansa888@gmail.com), biólogo, ha participado como voluntario durante años en actividades relacionadas con el estudio y la conservación del humedal de Padul.

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