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Una golondrina coge barro para construir su nido (foto:SEO / BirdLife).
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Una golondrina coge barro para construir su nido (foto:SEO / BirdLife).

Tú puedes ayudar a las aves a sobrellevar el calor extremo

viernes 28 de abril de 2023, 18:15h
Las temperaturas excepcionalmente altas para la época del año que se están registrando estos días, con valores propios de verano, afectan a la fauna. En particular, para las aves silvestres como golondrinas y aviones pueden tener graves consecuencias. Desde SEO/BirdLife nos dan algunas pistas para ayudar a estos animales a soportar un poco mejor estos episodios de calor.

Por SEO/BirdLife

El calor intenso y la falta de lluvias en pleno inicio de la temporada de cría de las aves puede tener consecuencias en el éxito reproductor de las poblaciones de distintas especies que utilizan el barro para construir sus nidos, como los aviones o las golondrinas. Como explica Luis Martínez, técnico de SEO/BirdLife, "cada nido de golondrina o avión está realizado a base de pequeños bocaditos de barro transportados en el pico de los afanados padres. Estas aves toman un pedacito de barro, lo 'mastican' bien para homogeneizarlo y expulsar las bolsas de aire que pueda contener y lo depositan cuidadosamente en el nido en construcción".

La cantidad de barro que pueden transportar en su pico es muy limitada y un nido completo de avión común puede requerir más de 2.500 bocados de barro, o lo que es lo mismo, la pareja puede realizar más de 5.000 viajes entre el lugar en el que consiguen el barro y el de construcción del nido durante las dos semanas dedicada a concluir la obra.

Nido de avión común, construido con barro (foto:SEO / BirdLife).

En un escenario en el cada año se destruyen (legal e ilegalmente) cientos de nidos de estas especies, la falta de barro para rehacer los nidos agrava la situación dificultando su ciclo reproductivo. Además, el calor puede hacer saltar prematuramente de sus nidos a las crías que ya han nacido. Asimismo, se genera un sobreesfuerzo para los adultos que, si el nido está expuesto al sol, intentarán proteger a sus polluelos creando una sombrilla con su propio cuerpo y alas.

También hay que tener en cuenta los efectos que la falta de lluvia va a tener sobre la vegetación, que verá limitado su crecimiento y floración para sobrevivir en condiciones de estrés hídrico y, por lo tanto, ofrecerá menos recursos a las aves.

¿Qué puedo hacer para ayudar a las aves frente al calor?
Como sucede con las personas, las altas temperaturas someten a las aves a un gran estrés fisiológico. Para afrontarlo necesitan fuentes de agua donde beber para rehidratar su organismo y en las que poder darse baños refrescantes. El gesto más sencillo para ayudarlas a hacer frente al calor es facilitarles agua en ventanas, terrazas o jardines, en un recipiente adecuado y accesible para ellas, como un simple plato de maceta.

Para paliar la escasez de barro con el que los aviones y las golondrinas construyen sus nidos, se pueden habilitar enclaves con barrizales adecuados donde puedan recoger el que necesitan para formar la estructura. Es conveniente hacerlo lo más cerca posible de las zonas de nidificación para evitar una pérdida excesiva de energía en los trayectos para el transporte del material. El agua es un recurso cada vez más escaso y en los entornos urbanos muchas veces los puntos donde se encuentra son de difícil acceso para las aves.

Se necesitan ciudades más verdes
"En general, si las administraciones públicas tuvieran en cuenta la biodiversidad en el diseño y en la gestión del espacio urbano, este sería mucho más amigable para la fauna y también para las personas. Por sus características y la escasez de barreras naturales para amortiguarlos, las ciudades son especialmente vulnerables a los efectos de la emergencia climática, como las olas de calor", asegura Beatriz Sánchez, del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife. Sánchez añade que está demostrado que las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) son más eficientes y económicas que las tradicionales para combatir estos efectos. Como ejemplo pone el caso del arbolado urbano, que puede ayudar a enfriar el aire entre dos y ocho grados, reduciendo así el efecto de "isla de calor".

Por otra parte, numerosas investigaciones demuestran que vivir cerca de espacios verdes y tener fácil acceso a ellos puede mejorar la salud física y mental de las personas. Asimismo, la riqueza de especies de aves se relaciona positivamente con la satisfacción de vida de los europeos, según una investigación reciente, y es un excelente indicador de la salud de los ecosistemas y de las personas.

"En definitiva, necesitamos ciudades más verdes y esto es algo que deberíamos tener en cuenta al revisar los programas electorales de cualquier formación política de cara a las próximas elecciones", concluye Sánchez.

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