El proyecto para el control biológico del topillo campesino que la asociación conservacionista Grefa lleva varios años desarrollando en numerosos municipios de Castilla y León ha dado un nuevo paso. Este proyecto se basa en el fomento de las poblaciones de la fauna silvestre que depreda sobre los roedores, como alternativa al uso intensivo de venenos rodenticidas.
Una de las acciones del proyecto ha sido la colocación de miles de cajas nido para que críen cernícalos vulgares y lechuzas comunes en numerosos municipios castellanoleoneses, como por ejemplo Rueda (Valladolid). Precisamente aquí está radicada la bodega Reguilón, con la que Grefa ha llegado a un acuerdo que ha permitido el lanzamiento del primer producto agroalimentario colaborador en la lucha biológica contra el topillo campesino: un vino elaborado a partir de viñedos donde ya hay nidales para cernícalos y lechuzas. Las primeras 2.000 botellas provistas del logo de Grefa y su proyecto ya han salido a la venta. Más información y pedidos, en
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