El cernícalo primilla, en lo más alto

HAN PASADO MÁS DE OCHO AÑOS desde que en Quercus 223 (págs. 45 a 47) presentásemos el Proyecto Corredores. Es una idea de la asociación naturalista Grefa, destinada a comunicar mediante grandes pasillos territoriales los núcleos de cría del cernícalo primilla. La actuación más relevante ha sido colocar más de dos mil nidales en silos agrícolas de Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía. Próximamente incluirán a Castilla y León en el proyecto, gracias a un acuerdo con la Fundación Banco Santander. El pasado 25 de junio, la revista Quercus fue invitada a visitar algunas de estas imponentes edificaciones tan ligadas a los secanos españoles, en compañía de varios expertos y voluntarios de Grefa, para comprobar cómo les iba este año a las colonias de la especie asentadas en ellas.

Los silos fueron levantados la mayoría durante la posguerra, para almacenar grano y poder así garantizar el abastecimiento de productos básicos como el pan. Llegaron a funcionar por toda la España cerealista, dependientes del Ministerio de Agricultura, a través del Servicio Nacional de Productos Agrarios. Muchos de estos colosos siguen en pie, la mayoría cerrados y vacíos, como vestigios desmesurados y algo extravagantes de un contexto socioeconómico ya superado. Pero se da la circunstancia de que suelen tener cerca buenos hábitats para el cernícalo primilla.

Si algo ha distinguido a Grefa en sus más de tres décadas de actividad, que se dice pronto, es haber asumido retos que por su envergadura corresponderían más a una administración pública, con todos sus medios humanos y materiales. Han pasado los años y hoy en día esta ONG gestiona uno de los hospitales de fauna silvestre más grandes y activos de toda Europa, donde se han atendido sin pausa a decenas de miles de animales.