Cuando iniciamos el proyecto LIFE Bonelli sabíamos que el águila perdicera o de Bonelli (Aquila fasciata) era capaz de realizar grandes dispersiones. Lo que no imaginábamos es que dos de los ejemplares que hemos liberado en la Comunidad de Madrid iban a ser los primeros de esta especie que cruzaban el estrecho de Gibraltar de los que tengamos noticias, algo que hemos podido detectar porque estas aves iban equipadas con emisores GPS.
Desde 2013 se ha liberado medio centenar de águilas perdiceras gracias a LIFE Bonelli: veinte en la Comunidad de Madrid, veinte en la isla de Mallorca, ocho en Navarra y dos en Álava. Este proyecto subvencionado por la Unión Europea está ayudando a que se recupere la población española de águila perdicera, una de las rapaces más amenazadas de Europa, en territorios que históricamente ocupó, gracias a la colaboración de un buen número de asociaciones, organismos públicos y empresas.
Los ejemplares que son liberados por este proyecto proceden de tres centros de cría en cautividad colaboradores -Grefa, en Majadahonda (Madrid) y otros dos centros franceses- o bien son animales extraídos de su hábitat natural y cedidos por la Junta de Andalucía -socio de LIFE Bonelli- y otras administraciones.
Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.