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La biodiversidad de ibiza, en grave peligro por las serpientes invasoras

Culebra de herradura nadando en aguas de la Cala de Sant Vicent, en la isla de Ibiza (foto: Daniel Ferrer).
Culebra de herradura nadando en aguas de la Cala de Sant Vicent, en la isla de Ibiza (foto: Daniel Ferrer).

Conflicto entre culebras y lagartijas en las islas Pitiusas

domingo 28 de marzo de 2021, 14:50h

Las lagartijas que habitan en Ibiza y Formentera son formas exclusivas de sus islas e islotes, mientras que todas las culebras de las Baleares han sido introducidas por el hombre en tiempos históricos. Un largo conflicto entre depredadores alóctonos y presas autóctonas que, pese a las medidas adoptadas, aún está lejos de resolverse.

Por Elba Montes

Ibiza y Formentera, esos dos pequeños paraísos de nuestro mar Mediterráneo, parece que nada tengan que envidiar a cualquier isla de la Polinesia. Sus playas de mar turquesa y sus bosques sencillos –éstos de pino y sabina–, suave orografía y casas tradicionales, convierten a las llamadas Pitiusas en territorios con elementos similares a los de esas islas remotas del Pacífico. Sorprendentemente, esta similitud se extiende más allá de su apariencia: resulta que, al estudiar su registro fósil, encontramos una peculiar historia geológica.

Como el resto de las islas mediterráneas, hacia finales del Mioceno estuvieron conectadas a las actuales tierras continentales, con el consiguiente tráfico de animales entre ambos territorios, hasta que el estrecho de Gibraltar volvió a abrirse definitivamente, hace 5’3 millones de años, inundando la cuenca mediterránea y creando las islas que ahora conocemos. Sin embargo, en algún momento del Pleistoceno, época que comenzó hace 2’5 millones de años, desaparecieron de manera repentina los mamíferos y demás vertebrados terrestres no voladores que habitaban Ibiza y Formentera, así como varios invertebrados. El origen de esta abrupta ruptura faunística, que tan sólo ocurrió en estas dos islas mediterráneas, se relaciona con alguna clase de evento catastrófico, quizá de tipo volcánico. Los únicos supervivientes terrestres fueron los animales que habitaban en las fisuras de las rocas y les sirvieron de refugio: las lagartijas (Podarcis pityusensis), llamadas localmente sargantanas, y algunos caracoles. No era esperable la llegada de ningún otro vertebrado, pero aun así ocurrió. Hace un millón de años arribó, probablemente sobre una balsa de restos vegetales, una víbora enana a la isla de Ibiza (1).

AUTORA
Elba M. Montes Vadillo es licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad de Valencia. Tras varios voluntariados en Parques Nacionales, empezó a trabajar en el Consell Insular d’Eivissa como técnica superior de Medio Ambiente, donde lideró el proyecto piloto de control de ofidios en Ibiza. En el marco de sus estudios doctorales sobre la invasión de la culebra de herradura en Ibiza, viajó a la isla de Guam (Pacífico) para familiarizarse con la gestión de las serpientes invasoras. Actualmente participa en un proyecto de investigación financiado por National Geographic para estudiar los cambios en el comportamiento de las lagartijas ibicencas causados por la invasión de serpientes.

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