Por José Álvarez Alonso
Escuchamos con frecuencia las preocupantes cifras de la pérdida de diversidad biológica y nos alarman los pesimistas escenarios no menos lúgubres de la crisis climática. Sin embargo, el énfasis de la mayoría absoluta de informes, noticias, documentales y publicaciones científicas sobre el tema está en la biodiversidad de flora y fauna y en los ecosistemas silvestres. La diversidad asociada a la agricultura se menciona marginalmente o no se considera en absoluto.
Sin embargo, la diversidad cultivada, de la que depende en buena medida la seguridad alimentaria global, está desapareciendo a un ritmo mucho más rápido que la silvestre: según la FAO, más del 75% de esta agrobiodiversidad se ha perdido en el último siglo y sólo un 10% se conserva en campos de cultivo. La tendencia continúa a la par que se aceleran los procesos de industrialización en la agricultura, de migración del campo a la ciudad y de cambio climático.
AUTOR
José Álvarez Alonso, ornitólogo leonés, ha trabajado en la Amazonía peruana durante casi treinta años, promoviendo la conservación de la biodiversidad en colaboración con las comunidades locales. Actualmente es director general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente del Perú.