Comportamiento animal

Muchas especies de aves preparan a sus presas antes de ingerirlas o de cebar
a sus pollos. Un trabajo que parece justificado, aunque sólo sea por razones
mecánicas, cuando están armadas de apéndices rígidos y punzantes.

Sin embargo, hay otras ventajas menos evidentes que están relacionadas
con su interés por ajustar el balance energético entre costes y beneficios.

Los animales llaman, gritan, cantan, maúllan, ululan, pían, rugen y gorjean. Su lenguaje nos llama tanto la
atención que hemos dado un nombre
distinto al sonido de cada especie. Pero, ¿qué es lo que se dicen los animales? ¿Qué sentido tiene esa
comunicación? Por
desgracia, el anillo del rey Salomón –que le permitía hablar con ellos– es sólo un mito
y tenemos que recurrir a experimentos y
observaciones para
intentar descifrar
esa información.

No sólo los machos recurren a alardes y exhibiciones para captar el interés
de las hembras. En muchas especies de aves, las hembras también lucen
penachos o coloraciones vistosas que sirven de pista a los machos
para valorar la condición física de su futura compañera.

Diversos estudios indican que las plumas externas que adornan la cola de la golondrina común son más largas de lo necesario para el vuelo y que dicho alargamiento sería un resultado de la selección sexual. Es decir, cumplirían
una importante función al aumentar el atractivo y ayudar a conseguir pareja.

Sin embargo, una investigación llevada a cabo en la provincia de Almería
sugiere que algunas poblaciones de esta especie podrían tener
longitudes de cola muy próximas al óptimo aerodinámico.

Los ciervos de la España mediterránea tienen un comportamiento reproductor distinto al de sus congéneres del resto de Europa. Algunos machos, en lugar de reclutar y
defender harenes de hembras, optan por establecerse en los territorios con mejores pastos, donde las ciervas han de acudir en busca de alimento y protección.

Es sorprendente cómo tenemos asumida nuestra propia muerte, o la de cualquier otro ser vivo. Pensamos que es consecuencia del desgaste inevitable de nuestro organismo, como si se tratara de un coche viejo, cuyas piezas acusan el uso.

Sin embargo, a diferencia de las maquinas, los seres vivos tienen la capacidad
de auto-repararse. Entonces, ¿por qué envejecemos? ¿Por qué la selección
natural permite que un organismo se deteriore y muera? Cabría esperar
que promoviera el máximo éxito reproductivo, es decir, contribuir
al mayor número posible de copias de cada individuo.

Las aves de pequeño tamaño se encuentran entre los animales con mayores necesidades energéticas. Su tasa metabólica es tan alta que durante la noche consumen casi todas las reservas de grasa para mantenerse calientes, por lo que necesitan reponerlas diariamente para garantizar su supervivencia. Pero el ajuste de los niveles de grasa debe ser muy fino, ya que un error resulta casi siempre fatal. Estos asombrosos animales viven constantemente en el filo de la navaja, entre el riesgo de perecer por inanición y el de ser capturados
por un depredador.

Marcar el terreno con señales químicas es una forma muy habitual y efectiva de
comunicación entre los mamíferos. En el caso del topillo nival, estas señales
operan tanto con los machos como con las hembras y contribuyen a modular
el balance entre costes y beneficios de sus interacciones
sociales a lo largo de todo el año.

Por Judith Morales, Roxana Torres y Alberto Velando
Los ornamentos femeninos pueden inducir a los machos a realizar un mayor esfuerzo parental. Pero mantener el atractivo sexual resulta muy costoso y podría llegar a comprometer la fecundidad. Recientes estudios experimentales demuestran que, cuando ciertos recursos son escasos, la fecundidad puede limitar el atractivo sexual.

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Las diferencias anatómicas oculares entre aves y humanos hacen que percibamos los colores de forma distinta. Por ejemplo, ellas son capaces de apreciar una mayor gama de tonos y, sobre todo, pueden detectar la radiación ultravioleta.