Desde el primer minuto de los algo más de quince que dura el corto, nos damos cuenta de que la persona que tenemos ante nosotros pertenece a ese exclusivo grupo de humanos que conocen el entorno natural en el que viven de una forma profunda, completa, íntima, con una admiración y respeto que cala. Y nos percatamos también de que los problemas de conservación que padecen espacios tan ibéricos como las dehesas pueden abordarse echando mano de los antiguos manejos que han practicado las generaciones pasadas en esos mismos paisajes.
Además de presentarnos la realidad de la dehesa onubense y por extensión las andaluzas, donde en diez años han desaparecido más de dos millones de árboles, el corto Vidas suspendidas recoge el empeño conservacionista de Volante: alertado por la decadencia que sufre la dehesa en la comarca de El Andévalo (Huelva), cuelga de las ramas de encinas y alcornoques cajas nido (‘cajas de biodiversidad’, como él las llama) que son colonizadas por pequeñas aves insectívoras e incluso murciélagos.
Dos grandes aliados contra las plagas que afectan a la salud de la arboleda de la dehesa. Juan Cuesta (Ecologistas en Acción) y Anna Elias, fotógrafa y realizadora de audiovisuales, responsables de este trabajo documental, buscan con el corto sensibilizar a la sociedad sobre un grave problema medioambiental, pero dejando la puerta abierta al empleo de medidas tradicionales que sin duda podrían invertir la situación actual que de persistir, podría terminar con la desaparición de gran parte del campo adehesado.
Jonathan Gil Muñoz
Director de ElGuadarramista.com
Título: Vidas suspendidas
Año: 2016
Duración: 15:30 minutos
Música: Luis Navarro
De acceso libre en https://vimeo.com/200399341