El presente y el futuro de zonas como la Sierra de la Culebra (Zamora) no puede pasar por un agujero negro especulativo y destructivo como el que abriría el proyecto minero de Valtreixal. Llevarlo a cabo supondría la negación a un progreso basado en el enorme potencial natural y cultural de uno de los destinos europeos obligados para observar lobos.
Por Javier Talegón
Amanece tarde para las fechas que son. El día apunta gris y no hay estrellas en el cielo. Hay nubes, pero las dos predicciones del tiempo consultadas en Google no dan lluvia. Tras aparcar la furgoneta y explicar al grupo de personas que me acompaña algunos aspectos relativos a la ubicación de la Sierra de la Culebra, a su singularidad biogeográfica y al origen de dicho nombre, montamos en silencio los trípodes y los telescopios.
Media hora más tarde ha mejorado la visibilidad y los primeros rayos de sol se cuelan como alfileres entre los nubarrones. El grupo de ecoturistas que participan en esta actividad de conocimiento del lobo comienza a disfrutar con las pequeñas manadas de ciervos, con un corzo consumiendo hojas de zarzamora y con un águila real posada sobre un pino, que parece perezosa en comenzar el día.
Más información:
https://stopminasanabria.wordpress.com
AUTOR
Javier Talegón (info@llobu.es), fundador de Llobu Ecoturismo y Medio Ambiente, promueve la conservación de los lobos a través de la divulgación y de la educación ambiental. Recientemente ha publicado Carqueisa florida, loba parida, una monografía sobre el patrimonio cultural que ha generado el lobo en el noroeste zamorano.