Las aves procedían de la colonia de cría de Bireçik, al sureste de Turquía, situada a cientos de kilómetros al norte y estaban siendo objeto de seguimiento científico por satélite. Los expertos están manejando la posibilidad de que estas muertes fueran producidas por culpa de raticidas diseminados por criadores de pollos.
En 2007, el especialista checo Lubomir Peske tiene previsto marcar con satélites más aves de la colonia turca, una de las tres que tiene el ibis eremita en la actualidad, junto con las existentes en Siria y Marruecos, para saber más detalles de la migración de estas aves y poder protegerlas mejor en sus áreas de paso e invernada.