Habilidoso dibujante botánico, el artista Art Nouveau Alfons Mucha no sólo hizo uso de las plantas con fines ornamentales. También se sirvió de ellas para representar conceptos de manera intuitiva, tal como demuestran los ejemplos estudiados en el presente artículo.
por Beatriz Teresa Álvarez
Considerado por muchos como el artista Art Nouveau por excelencia, Alfons Maria Mucha (1860-1939) fue un creador polifacético que, si por algo se conoce en la actualidad, es por su innegable talento como diseñador gráfico (1). Los incontables carteles, calendarios, cartas de restaurantes, portadas de revistas e ilustraciones de libros realizados por Mucha gozaron de una enorme popularidad. Y es que esas representaciones resultaban tan originales y encantadoras que incluso llegaron a dar lugar a una nueva tendencia: el célebre Estilo Mucha.
El Estilo Mucha se asocia ineludiblemente a la imagen de una figura femenina, sensual e idealizada, que constituye el centro de una intrincada composición ornamental formada por la repetición de símbolos, arabescos y, sobre todo, motivos vegetales. Esta representación, que ha sido copiada hasta la saciedad, fue la responsable de que Mucha llegara a ser considerado en su día como “el supremo artista de las mujeres y las flores” (2).
Mucha, dibujante botánico Cuando uno se lanza al análisis botánico de la obra de Mucha lo primero que llama la atención es su gran habilidad para dibujar tanto plantas completas como ramas, hojas, flores y frutos (3). Buena prueba de ello es su estudio sobre la neguilla (Agrostemma githago) incluido en Documents décoratifs, un manual editado en el año 1902 por la Librairie Centrale des Meaux Arts que ofrecía, entre otros modelos para artistas y artesanos, diversos motivos florales decorativos y realistas (4).
También muy interesantes desde el punto de vista botánico son las composiciones diseñadas por Mucha para sus carteles, que hoy en día pueden encontrarse reproducidas en multitud de objetos. Si pudiera, nada me gustaría más que analizar minuciosamente todas y cada una de ellas. Sin embargo, por razones de espacio, me limitaré a hablar de las que, con toda seguridad, resultan más sugestivas. Es decir, de aquellas en las que el elemento vegetal juega un papel simbólico. Y es que, pese a lo que pudiera creerse en un primer momento, muchas de las plantas que aparecen en las obras de Mucha, y también en las de otros artistas pertenecientes al movimiento Art Nouveau, no tenían una función meramente ornamental. Tal es el caso, por ejemplo, de la amapola.
HemerotecaQuercus 338 (abril 2014)Ref. 5301338 / 3’90La alucinante adormidera. J. Ramón Gómez.Petición de números atrasados:
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