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Recientes estudios genéticos enriquecen más de tres décadas de estudio de esta especie

Dos machos de codorniz común capturados el mismo día en la misma localidad de Andalucía occidental. Se observa una notable variabilidad en el grado de pigmentación de estos ejemplares, en gran medida asociada a la inversión cromosómica detectada en la especie (foto: Autores).
Dos machos de codorniz común capturados el mismo día en la misma localidad de Andalucía occidental. Se observa una notable variabilidad en el grado de pigmentación de estos ejemplares, en gran medida asociada a la inversión cromosómica detectada en la especie (foto: Autores).

La sorprendente estructura poblacional de la codorniz

domingo 04 de septiembre de 2022, 12:10h

Los resultados de más de tres décadas de estudio y seguimiento de la codorniz por la Universidad de Barcelona han sido ampliados con recientes estudios genéticos en colaboración con la Estación Biológica de Doñana, lo que ha permitido detectar dos linajes de esta especie en España. Sus diferencias se reflejan no sólo en el plumaje, sino también en los hábitos migratorios.

Por Inés Sánchez, Sara Ravagni, Irene Jiménez, Manel Puigcerver, José Domingo Rodríguez y Carles Vilà

A día de hoy la codorniz común (Coturnix coturnix) sigue siendo una gran desconocida. A pesar de que más de un millón de individuos son cazados cada año en España, su vida transcurre oculta entre el cereal, donde cría durante la primavera y el verano, para luego migrar miles de kilómetros hasta el África subsahariana para invernar.

Aparte de estos movimientos migratorios, diversos estudios han mostrado que la movilidad de la especie durante la época de cría es enorme. Una hembra puede reproducirse en latitudes muy diferentes durante una temporada y los machos pueden moverse sobre una región muy extensa en busca de nuevas oportunidades de apareamiento y siguiendo la disponibilidad de hábitats. Como resultado de esta alta capacidad de dispersión y movilidad, normalmente se asume que todas las codornices de Europa occidental forman parte de una única población. Esta percepción parece confirmarse con las codornices anilladas que se han podido recuperar, las cuales prueban el dinamismo de la población.

Aunque el canto del macho de codorniz es muy fácil de reconocer, la observación directa de esta especie es difícil ya que raramente alza el vuelo o camina fuera del refugio que representan los cultivos o la vegetación ruderal. Como consecuencia de esto, las observaciones de su morfología y comportamiento en condiciones naturales son escasas y buena parte del conocimiento existente deriva de animales abatidos por cazadores.

AUTORES
Irene Jiménez Blasco, Manel Puigcerver Oliván y José Domingo Rodríguez Teijeiro son investigadores del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la Universidad de Barcelona. Manel y José Domingo han estado estudiando la biología de poblaciones y la ecología de la codorniz común desde hace más de tres décadas. Irene es estudiante de doctorado en este grupo de investigación.
Inés Sánchez Donoso, Sara Ravagni y Carles Vilà Arbonés trabajan en la Estación Biológica de Doñana (CSIC). Inés es una investigadora postdoctoral que desarrolló su tesis sobre la biología de poblaciones de la codorniz común con el grupo de la Universidad de Barcelona. Sara es estudiante de doctorado y Carles es investigador del CSIC.

Correo electrónico
Inés Sánchez: inessanchez@ebd.csic.es

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