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Suelos pobres y frágiles, sometidos a una intensa erosión

Allí donde estratos de arenisca se intercalan entre las arcillas pueden darse formas espectaculares debido a su mayor resistencia a la erosión, como en la Senda de los Tozales (Monegros, Huesca). Foto: Estela Nadal y José María García Ruiz.
Allí donde estratos de arenisca se intercalan entre las arcillas pueden darse formas espectaculares debido a su mayor resistencia a la erosión, como en la Senda de los Tozales (Monegros, Huesca). Foto: Estela Nadal y José María García Ruiz.

Importancia geoecológica de las malas tierras

sábado 02 de octubre de 2021, 11:27h
El hecho de que sean improductivas para nuestros intereses económicos no significa que las malas tierras carezcan de valor científico y paisajístico. Es más, convendría no alterarlas demasiado con dudosos fines de restauración ambiental.
Por Estela Nadal Romero y José M. García Ruiz

Entre las formas más espectaculares de relieve se encuentran las “malas tierras”, conocidas entre los geomorfólogos de todo el mundo como badlands, según la terminología inglesa. En España también se denominan “áreas acarcavadas”, expresando así que son zonas dominadas por una sucesión de cárcavas o abarrancamientos, donde las incisiones producidas por la erosión suelen aparecer separadas por crestas agudas en un contexto general de relieve abrupto y escasa cobertura vegetal. La vegetación se aloja en el fondo de los barrancos o al pie de vertientes donde se concentra la humedad estacional, mientras las laderas aparecen completamente desnudas o, de manera excep23cional, salpicadas de ejemplares aislados de plantas muy adaptadas a la falta de un auténtico suelo y a condiciones extremas de sequía. Allí donde aparecen se consideran tierras inútiles, incapaces de integrarse en ningún plan de gestión productiva del territorio. Sin embargo, su interés, desde muchos puntos de vista, puede ser extraordinario.

AUTORES
Estela Nadal Romero es científica titular en el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC). Está especializada en hidrología y geomorfología de malas tierras y en procesos de generación de escorrentía en ambientes mediterráneos.

José M. García Ruiz es profesor de investigación Ad Honorem en el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC). Su actividad científica se ha centrado en la influencia de las actividades humanas sobre los procesos hidrológicos y la erosión del suelo. Más recientemente se ha enfocado hacia los cambios paisajísticos a lo largo de la historia y a la evolución de los glaciares desde el Último Máximo Glaciar.
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