Junio - 2020 13 de octubre de 2024
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Lobo en portada, amplio informe sobre turismo lobero y cita, nada casual, con la feria MADbird, que se celebra del 10 al 12 de junio en el corazón de Madrid y aborda precisamente nuevas formas de negocio relacionadas con la observación de fauna. Es muchísimo mejor el lobo como reclamo turístico que como especie cinegética y, además, va camino de generar más ingresos que su caza legal. El furtivismo, las batidas sañudas y los trofeos fraudulentos son otra historia. Una historia muy negra.
Doscientos osos, 300 manadas de lobo, 500 parejas de águila imperial... Son cifras que reflejan el tamaño actual de las poblaciones de nuestras especies más emblemáticas. Nos gustan los números redondos. El de más reciente difusión es un hito: 400 linces ibéricos dados a conocer con indisimulado orgullo por la Junta de Andalucía en un seminario internacional que tuvo lugar en Sevilla el pasado mes de abril. Pocas especies permiten presumir de tan indudable recuperación numérica, gracias sobre todo a la cría en cautividad y a la suelta constante de ejemplares. Nadie nos lleva la delantera en montar granjas de linces. Pero, ¿es suficiente con eso?
Esa fue, precisamente, la consigna más coreada el pasado 13 de marzo durante la gran manifestación de Madrid en defensa del lobo ibérico: “lobo vivo, lobo protegido”. Allí había de todo. Una Caperucita Roja dispuesta a cambiar el final del cuento. Una pancarta inspirada en los Beatles: “All you need is wolf”. El rock duro del grupo Platea como banda sonora. Un ambiente colorista y festivo. Mucha gente. Y también muchos perros, la versión doméstica de los lobos. Cuando los manifestantes aullaban en solidaridad con el lobo, los perros levantaban orejas y hocicos ante aquel griterío tan cercano a su propio lenguaje. Era la víspera del trigésimo sexto aniversario de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente y algunos proclamaban que sus lobos estaban a salvo. Otros, en contra de las fuertes campañas orquestadas por alcaldes y ganaderos, insistían en que Ávila es y será tierra de lobos; y Galicia, y Zamora, y Asturias… Pero el clamor era proteger al lobo. Evitar que se gestione a tiros. Que sea el malo de la película, un prejuicio ancestral que ya no se sostiene en la Europa del siglo XXI.
Este número de Quercus es casi un monográfico sobre el trasiego de fauna a través del estrecho de Gibraltar. Fauna terrestre y en sentido norte-sur, aunque también nos hemos ocupado en otras ocasiones de los desplazamientos en dirección este-oeste que protagonizan, por ejemplo, atunes, cetáceos y tortugas marinas. No descubrimos nada nuevo al proclamar que el Estrecho es un punto estratégico de importancia mundial, incluso para la biogeografía. ¿Un puente o más bien una barrera? Ambas cosas. Los apenas 15 kilómetros que separan España de Marruecos representan una distancia muy asequible para las miles de aves que lo cruzan dos veces al año. Pero también una barrera insalvable para otros vertebrados y, por supuesto, para las plantas. No siempre fue así. Hubo periodos en los que el sur de Europa y el norte de África estaban unidos por un corredor terrestre, como aún puede apreciarse en la composición de sus floras y sus faunas. Por ejemplo, hay pinsapos en las sierras gaditanas, pero también en las montañas marroquíes. La frontera se barrunta en las llamadas especies vicariantes, aquellas que son muy similares y cumplen el mismo papel ecológico en los dos lados del Estrecho. Es cierto que algunas aves, gracias a su capacidad de vuelo, podrían pasar de Marruecos a España y sin embargo no lo hacen. Pero eso puede cambiar rápidamente debido al calentamiento global.
En Quercus hemos empezado el año con no pocas novedades. Algunas pudieron verse ya en el número anterior, caso de la recién estrenada sección dedicada a la paleontología. En este cuaderno incorporamos otra más, que invita a sumergirse en el difícil arte de seguir e interpretar huellas, rastros y señales. Ambas irán dándose el relevo en meses alternos. Además, en esta misma página y en las siguientes se consagran y amplían varios cambios que atañen al diseño y la maquetación de la revista. El caso es no parar.
Pero hemos introducido una mejora que quizá no sea tan evidente, aunque lo engloba todo y representa mucho para el equipo de Quercus. Hay que buscar la pista en la página 3, la del sumario, entre la letra pequeña. Allí aparece, ¡por fin!, un simbolito que garantiza que usamos papel FSC mixto y que trabajamos con una nueva imprenta certificada. Era uno de nuestros principales objetivos cuando nos hicimos con la propiedad de la revista en octubre de 2013. Nos ha costado más de dos años conseguirlo, pero ahí está.
Así ha valorado Greenpeace el acuerdo adoptado en París durante la Cumbre del Clima: “crucial, pero insuficiente”. Tres palabras que bastan para resumir dos semanas de negociaciones. Aunque hay otros gases implicados en el efecto invernadero, la clave del asunto radica en el ciclo del carbono, un proceso que se estudia durante el bachillerato. Pero tendemos a analizar los problemas desde una perspectiva temporal muy corta, ajustada a la duración de una vida humana, y así es imposible abordar los grandes retos ambientales. El tiempo profundo es un concepto demasiado abstracto para nuestra limitada experiencia de primates con una esperanza de vida cifrada en décadas.
Greenpeace insiste en que el Acuerdo de París es el primer paso de una nueva era en la que poco a poco se irá reduciendo el consumo de combustibles fósiles. Es obvio que tales combustibles, básicos en el transporte, la industria y la generación de energía, son los principales responsables de inyectar cantidades ingentes de carbono a la atmósfera. Un carbono que llevaba millones de años inmovilizado. De cumplirse el acuerdo, que está por ver, los efectos globales empezarán a notarse en el año 2050. Es decir, en el mejor de los escenarios posibles, el reto tendrá que afrontarlo otra generación.
Este número de Quercus coincide con una convocatoria de elecciones generales en España. Como en ocasiones anteriores, las cinco principales organizaciones ambientales se han apresurado a hacer una serie de propuestas para que los partidos políticos las recojan en sus programas electorales y, ya en el colmo del desiderátum, se comprometan a impulsarlas si obtienen representación parlamentaria.
En concreto, el G-5 (formado por Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF) ha elaborado un documento de mínimos con 17 medidas que debería considerar el gobierno que salga de las urnas el 20 de diciembre. Entre ellas figura la creación de un Ministerio de Medio Ambiente con peso e independencia operativa e incluso una vicepresidencia específica, dotar de más medios al Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) y reforzar la Fiscalía Coordinadora de Medio Ambiente y Urbanismo. También proponen incentivos fiscales para promover el ahorro, la restauración ambiental y el empleo verde, así como un modelo energético basado en las renovables. Y, en definitiva, políticas transversales que integren el medio ambiente en la actividad de todos los departamentos administrativos. Una petición lógica y pertinente que basa sus esperanzas en la entrada al ruedo político de partidos más sensibles a este discurso o, al menos, no una nueva mayoría de las candidaturas convencionales.
Dos años. Con este número de Quercus cumplimos dos años desde que dejamos atrás la etapa de la Editorial América Ibérica. Tampoco se trata de sacar pecho, pero el tiempo pasa tan rápido que casi no nos hemos dado cuenta. Hay dos cosas de las que podemos sentirnos orgullosos: haber mantenido contra viento y marea la línea editorial y, más prosaico pero no menos importante, sortear los escollos que amenazan a cualquier aventura financiera. Sabíamos cómo se hacía una revista, pero no cómo se pagaban las facturas. Bueno, sí que lo sabíamos, pero no éramos conscientes de lo difícil que resulta. Gestionar una empresa, aunque sea de mesa camilla, exige contaminarse de contabilidad, obligaciones fiscales y cuentas bancarias, por no hablar del duro tira y afloja con una buena pléyade de proveedores. ¡El mercado! También hay que ser precavido y guardar en la faltriquera lo que vas a necesitar al cierre de un trimestre. Parece que hemos descubierto la pólvora, pero ¿no habría otra forma de solventar estos asuntos?
Nos llegan muchas invitaciones para conocer sobre el terreno los puntos calientes de nuestra biodiversidad. Pero muy pocas veces podemos aceptarlas, ya que nos come el trabajo diario. Una a la que dijimos que sí, y nos permitió una escapada a la montaña cantábrica, vino desde la Fundación Oso Pardo este verano. El pasado 20 de agosto convocó en Cangas del Narcea (Asturias) un acto para dar a conocer su política de conciliación social en torno al oso pardo, que le ha valido el prestigioso premio Natura 2000 concedido por la Comisión Europea en 2015. Y, ya de paso, aprovechamos la ocasión para intentar observar algún oso.
Más de medio millón de ciudadanos europeos han pedido a Bruselas que no modifique las dos directivas que protegen la naturaleza en la UE, es decir, la Directiva de Aves y la Directiva de Hábitats. Ha sido, hasta la fecha, la mayor movilización en respuesta a una consulta pública lanzada desde la Comisión Europea. Sabedoras de lo que se jugaban, cuatro grandes ONG españolas pusieron manos a la obra para que nuestro país se sumase masivamente a esta iniciativa. Desde aquí damos las gracias a Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF España, así como a los miles de lectores de Quercus que han apoyado la campaña Revive tu Naturaleza, de la que venimos informando últimamente. En la página 71 de este mismo número de la revista puede verse la prueba.
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